viernes, 10 de febrero de 2012

LAS PLANTAS UN BENEFICIO PARA EL MEDIO AMBIENTE


     


LAS PLANTAS 

      No sólo nos decoran y alegran la vida. Las plantas tienen una función que va más allá de lo estético o incluso emocional, puesto que gracias a ellas, el tan temido dióxido de carbono se convierte en oxígeno y nos permite respirar. Pero ¿como funciona ese proceso? ¿Cómo podemos contribuir personalmente para evitar el efecto invernadero? Síguenos, en el portal del jardin te damos las claves.

     Las plantas, arbustos, árboles y hierbas, se caracterizan por ser organismos que absorben dióxido de carbono presente en la atmósfera (CO2) y, con ayuda de la luz del Sol, obtienen la energía necesaria para su crecimiento. Es la denominada fotosíntesis. Además, en este proceso de alimentación, las plantas liberan oxígeno a la atmósfera. Es el residuo que producen los vegetales.
plantas beneficiosas para el medio abiente
     En resumen, una planta es un ser que absorbe y acumula carbono atmosférico para su crecimiento y que, además, libera oxígeno al aire. Al contrario que la mayoría del resto de los seres vivos de la Tierra, especialmente de la raza humana, que se caracteriza por consumir oxígeno y carbono y emitir CO2 en grandes cantidades hacia la atmósfera.
      El dióxido de carbono es uno de los principales gases que generan el efecto invernadero, o sea, el calentamiento global, el deshielo de los polos y el aumento del nivel del mar.
 El problema es que el dióxido de carbono que genera la humanidad no proviene sólo de la respiración de cada uno de nosotros, sino de la combustión de los denominados combustibles fósiles, es decir, del gas y del petróleo. Estos combustibles no son más que restos de plantas que, durante millones de años se han ido transformando hasta que nosotros los hemos extraído para alimentar los coches, camiones, fábricas y centrales energéticas.
      


Importancia de los árboles y plantas en las ciudades: Los árboles y las áreas verdes en las ciudades producen beneficios como la descontaminación del aire, fijando el polvo y el humo, y mitigando el ruido; refrescan el ambiente, porque con su sombra mitigan las altas temperaturas; oxigenan el aire, fijando el dióxido de carbono (C02); yembellecen las ciudades y descansan la vista.







EL AGUA COMO FUENTE DE VIDA =)



EL AGUA ES VIDA 

     La importancia del agua en la vida puede entenderse si nos referimos a las funciones que realizan los organismos para mantenerse vivos. En las funciones que permiten a los organismos manejar la energía para sintetizar y degradar compuestos, el agua juega un papel determinante. Así mismo, los compuestos orgánicos, fuente de energía, se transportan a través del agua.

       La fotosíntesis no podría tener lugar en los vegetales fotosintéticos, sin la presencia de la molécula de agua. La fase luminosa requiere de la ruptura de la molécula de agua (fotólisis) para disponer de los electrones necesarios para el proceso. Todos los organismos dependen de las funciones realizadas por los vegetales (autótrofos) de manera que sin el agua, este importante eslabón de la cadena vital, no sería posible la vida como la conocemos. Así, el agua es al mismo tiempo un insumo y un vehículo. La circulación tanto de nutrientes como de desechos utiliza dentro de los organismos al agua como componente básico de los fluidos vitales.

      Los productos de desecho de los organismos también utilizan al agua como un vehículo. Podríamos decir que cualquier actividad metabólica está íntimamente ligada a la molécula de agua. Por otra parte, los organismos establecen íntimas y trascendentes relaciones con el medio ambiente.    El agua, gracias a su capacidad calorífica, desempeña un papel muy importante en la regulación térmica del clima, haciendo que las variaciones sean menos bruscas, de lo que serían si no existiese el agua. Dentro del organismo el agua, tiene también esta importante función: regular la temperatura. La liberación de vapor de agua como sudor o como jadeo son vitales para la conservación de la temperatura corporal.

     Los organismos tienen estructuras que les permiten ‘captar’ información acerca del medio que les rodea. Los órganos sensoriales no podrían captar señales olfativas y gustativas si las moléculas que perciben no fueran transportadas por el agua. Las funciones reproductoras y su transporte, están también estrechamente ligadas al agua. 



EL AGUA Y LA VIDA 




       Evolutivamente, todas las especies existentes tuvieron un ancestro común en el océano. Muchas de ellas emigraron a la tierra, sin dejar de depender del agua.

         Otras, han permanecido en este medio, desarrollando en él todas su ciclo de vida. Muchos de los ecosistemas que conocemos y otros que jamás hemos visto, se desarrollan en el agua, estableciendo relaciones complejas y frágiles. De estos ecosistemas dependemos todos los organismos terrestres. Una buena parte del oxígeno que respiramos, es producido por el fitoplancton que cubre grandes extensiones superficiales del océano.

        Su dependencia de la luz, hace que estas comunidades floten a escasos centímetros de la superficie, sin embrago, los organismos que viven en el océano dependen de ellos. Son el primer eslabón de todas las cadenas alimenticias acuáticas. Nuestro alimento también tiene una relación directa con las especies marinas. 

      De una u otra forma terminamos dependiendo de estos ecosistemas. Los desechos y restos de los organismos marinos se depositan en los fondos marinos y dan sustento a las formas marinas más profundas.

      Los restos de esqueletos y conchas conforman un gran depósito calcáreo que almacena grandes cantidades de carbonatos, que representan óxidos de carbono que residirán de esta forma por largo tiempo.



EL AGUA Y EL SER HUMANO 

Sin   Hablar del aspecto recreativo, cultural y lúdico que representa el agua para el hombre, su vida depende del agua en todo momento. Cerca del 75 % de su peso es agua.

       Se encuentra: en todos sus tejidos, la membrana de cada una de las células que los forman, tiene importantes cantidades de agua ( los tejidos que forman el cerebro pueden tener cerca de 90% de su peso en agua, aún los huesos tienen una gran proporción de ella, cerca de 40%); como componente de sus fluidos corporales: saliva, sangre, jugos gástricos, linfa, etc. Prácticamente todas las reacciones químicas que ocurren en el organismo utilizan al agua como solvente. Todos los nutrientes, desechos y metabolitos utilizan al agua como medio de transporte.

        En las diferentes funciones (respiración, transpiración, orina, heces, etc.) el hombre pierde grandes cantidades de agua (al menos medio litro liberado en forma de vapor y un litro y medio en desechos) que deben ser restituidas, para ello bebe y toma agua en los diferentes alimentos que ingiere (aproximadamente 2 litros en los alimentos y medio litro sintetizado en diferentes procesos metabólicos).


ORIGEN DE LA VIDA


El Origen de la vida fue en el agua, y dentro del mar como seres anaerobios ya que en principio no había aire respirable. Aún cuando se vive fuera de ella, todos consumimos agua a diario, sin detenernos a pensar en la importancia que tiene para nuestro organismo. Nada menos que el 80% es agua. En un principio, nuestro planeta estaba constituido solo por agua, que cubría todas las masas de la tierra. La vida, entonces, surgió del agua. El agua es la sustancia más abundante sobre la tierra y constituye el medio ideal para la vida. Cada océano, río, laguna, posee su propia flora y fauna adaptada a vivir ahí. Por esa razón, la mayoría de los organismos marinos no pueden vivir en agua dulce, como tampoco los seres del río no podrían hacerlo en el medio marino. El agua es esencial para todos los seres vivos que habitan este planeta, porque forma parte, en mayor o menor proporción, de la constitución de cada uno de ellos. Dentro de los recurso hídricos de nuestro planeta, el mar es el que encierra las formas más variadas de vida: microscópicas, bacterias y virus, gran variedad de especies vegetales y animales; entre los que existen algunos tan simples formados por una sola célula, como los protozoarios, hasta las gigantescas ballenas.




sábado, 4 de febrero de 2012


 Educación ambiental 





La educación en materia ambiental supone la formación en sentido integral de la persona, en especial en lo que se refiere a fomentar actitudes y comportamientos orientados a la convivencia. El ambiente es más que un entorno donde desarrollar las actividades “humanas”, de hecho, el ser humano y sus múltiples manifestaciones son parte de él. “El ambiente no es un lugar ajeno a las condiciones sociales de vida del individuo, sino por el contrario es dependiente de las relaciones sociales que las personas establecen consigo mismo” 


Formar a la persona, fomentando actitudes y comportamientos que la promuevan como sujeto de interacción en la sociedad y en el medio ambiente, es el objetivo de educar en valores. Entendiendo la educación como “algo omnipresente en la existencia cotidiana de los seres humanos”, considerando que “la presencia de algún modo de educación es constante en la vida de los individuos” (Barra Ruatta, 2002). Es decir, la educación es entendida en su sentido más pleno, y no solo como transmisora de información o conceptos.

Seguidamente al análisis de estas cuestiones es que abordamos la educación ambiental como educación en valores, pues en entre ambas se descubre que los valores superan al mero concepto, afectando al ser humano, en un proceso permanente de formación y participación.

Educación y medio ambiente:

Las distintas problemáticas humanas y su relación con el mundo natural ocurren constantemente, con características que le son propias y generadoras de situaciones que se denominan “ambientales”.
Entendiéndose por ambiente, desde una postura sistémica, al sistema surgido de la interacción de los subsistemas sociales, económicos y ecológicos susceptibles de provocar efectos sobre los seres vivos y las sociedades humanas (Foguelman- Brailovsky).
Esta acepción incluye al hombre  dentro del sistema natural, lo que lo compromete aún más con su entorno biótico y abiótico.
Retomando la idea de que el hombre es parte del sistema natural, podemos decir que es algo más que una realidad biológica, puesto que está inmerso en una realidad cultural que le permite evaluar y ponderar su rol en la naturaleza.
A lo largo de la historia,  “este eslabón” ha quebrantado la ley del equilibrio natural: así el hombre hace impotable el agua, irrespirable el aire, contamina el suelo hasta su infertilidad,  e implementa planes de manejo y distribución de recursos socio-económicos con desigualdad e inequidad. Este panorama suele ser denominado como “crisis ambiental”.
Desde que el hombre adquiere conciencia de su intervención en el mundo, surgen los planteos éticos. El ejercicio racional de la moral, convierte al hombre en juez y parte de sus propias obras.
Específicamente al constatar los efectos de sus comportamientos agresivos hacia la natura, evidencia la necesidad de tomar medidas paliativas, encaminadas a subsanar el deterioro en su relación con el medio.
Resulta entonces imperioso e indispensable preguntarnos a que se refiere cuando se plantea: “educar” en materia ambiental. Para responder a esto es necesario examinar, aunque someramente, el concepto de educación, pues “ambiental” únicamente califica la temática de la que hablaremos.  
La educación excede ampliamente la simple acepción que lo vincula a la institución escolar, e involucra otros sentidos desde la dimensión antropológica. Puede señalarse que desde la cotidianeidad, el hombre vive procesos educativos. Estos, abarcan diferentes aspectos de la vida humana, planteando objetivos específicos, requiriendo metodologías y acciones orientadas a problemáticas diversas, en procura de brindar en su conjunto, una formación integral e integradora del ser humano.
La educación tiene una responsabilidad ilimitada, que se extiende más allá de la escuela y del medio social, y afecta a la propia vida y ser del propio Estado. El futuro del Estado y, empero, su supervivencia, depende de la calidad de su educación y este es un asunto de valores espirituales (Lawrence, E. 1972).
Y es que la educación, en tanto que practica social, es el medio que traduce los ideales de la sociedad en cuestión.

 “La educación ambiental como un proceso permanente, en el que los individuos se conciencian de su medio ambiente y adquieran los conocimientos, valores destrezas, experiencia y también la determinación que les permitirá actuar – individual y colectivamente – para resolver los problemas ambientales presentes y futuros” (de la estrategia de la educación ambiental ISEE 1987 punto 11).

















Los objetivos de la educación ambiental, en referencia a la doble condición humana, personal o individual, social o colectiva son:






·Objetivos de conocimiento: Adquisición de conocimiento comprensivo acerca del medio ambiente, de la problemática ocasionada por la irracionalidad humana, y de la necesidad de proteger el medio ambiente del que forma parte el hombre. Objetivos que debe considerarse en las dimensiones individuales y sociales.
·Objetivos actitudinales: Concienciación sobre la necesidad de proteger el medio ambiente conforme a los valores ecológicos desarrollando una ética de la responsabilidad individual y colectiva, para el desarrollo del medio ambiente (incluido el medio social).
·Objetivos  comportamentales: Adquisición de destrezas y determinación para actuar – individual y colectivamente – de manera que haciendo uso racional, de los recursos, se resuelvan o frenen los problemas presentes y se prevengan los futuros.




RECOMENDACIONES PARA UN AMBIENTE COMPLETO